¿Por qué nuestra miel es tan buena?
Nuestra miel cruda conserva sus propiedades al no ser tratada. Entre otras, estas propiedades son: Potencial anti bacteriano, antioxidante, endulzante natural, contenido proteínico, potencial hidratante, favorecedor de la digestión e incluso como auxiliar para tratar heridas, quemaduras, así como tos o dolor de garganta.
La razón por las que muchas marcas pasan su miel por procesos (como la pasteurización), es para eliminar de sus grandes lotes hongos, bacterias y/o metales pesados. Estos elementos pueden estar presentes en la miel por posibles manejos inapropiados en cualquiera de sus cientos de productores, a lo largo de toda la cadena desde la colmena hasta tus manos. Nosotros al traer micro lotes sin combinar productores, podemos asegurar la inocuidad de nuestra miel analizando la cosecha de cada uno de ellos en laboratorios certificados, conociendo sus colmenas y compartiendo mejores prácticas.
Estos pequeños productores de miel artesanal son mexicanos de comunidades comprometidas con sus actividades, con quienes fomentamos el comercio justo al pagarles mejores precios para ellos que los compradores mayoristas.
Nuestro principal proveedor está en la Sierra Norte de Puebla, donde cultiva café y cuida a las abejas basado en una relación de mutuo respeto. Sólo cosecha los abriles de cada año para dejarles a las abejas miel suficiente en invierno cuando no hay flores, y así no alimentarlas de agua con azúcar en ningún momento del año.
Nuestra miel está envasada en frascos de vidrio Mason Jar y con etiqueta que se quita fácilmente para que lo puedas reciclar y así reducir el impacto ambiental. En esta página encontrarás buenas ideas de cómo usarlos y así reducir la generación de basura en casa u oficina.
La miel tiene mucho más de lo que imaginas detrás…
Las abejas son un cuerpo colectivo impactante, son como cientos de células perfectamente conectadas entre sí. Ponerte un traje de apicultor, abrir una colmena, revisar bastidor por bastidor con las manos desnudas, sentirlas en tu cabeza, zumbando a todo volumen, girando al rededor, oler el humo con ellas… es una experiencia aterradora e hipnotizante.
Puedes sentir la energía de toda su comunidad tejiendo con el sonido, las alas y sus patas una red que no se puede describir, tu cuerpo termina vibrando al ritmo de todas ellas, como si ahora fueras una parte más del todo. Sentirlas caminando por las manos mientras levantas los bastidores muy lentamente para revisar que todo vaya bien, es una prueba de fe que pone a prueba todo cuidado y paciencia. Confías en que tus compañeros manejarán bien el humo y te tienen cubierta, pues es la única forma en que ellas no se comunicarían para atacar coordinadas. Claro que pican a veces y sí, siempre duele igual: mucho… y a ella le duele más, pues deja el aliento con su aguijón.
En los bastidores encuentras miel reciente, miel madura, polen, crías sumergidas en jalea real, abejas naciendo, muchas abejas trabajadoras, algún zángano dependiendo la época. Correteando entre todas, la abeja reina no para poniendo huevos, la reconoces por su tamaño y está marcada con un punto del color de su edad y protegida por todas las demás. También debes de revisar que no haya plagas, a veces encuentras hormigas, varroa o polilla (entre otros). Ellas te regalan algo de su miel, tú las mantienes sanas y cómodas.
Cada gota de miel tiene tanto en su creación, que no es de sorprenderse que sea el oro líquido que desde siempre y en tantas culturas ha sido venerado. Me parece que solo ellas, las que lo producen sin parar, en perfecta armonía, armadas para matar y claras en su misión de comunidad, imparables, incansables, podrían crear algo así.
******Todas las fotos fueron tomadas por nuestras cámaras, si deseas usarlas sólo te pedimos que des la referencia a esta página******